viernes, 8 de marzo de 2013

"La Calidad a la orden del día."


            La calidad sigue siendo una premisa en los tiempos que corren, lo que no sé es a quién preguntan las instituciones a la hora de fomentar o incentivar la actividad de las empresas a través de subvenciones, puesto que desde hace ya varios años, incluso cuando las arcas subvencionaban cosas hoy en día inimaginables, ya se presumía que la calidad o la mejora continua estaba asumida por nuestra industria y que lo que habría que subvencionar es otro paso más.

            No viene a cuento,  la estadística de número de empresas que "tienen ISO", pero seguro que no son tantas como la quisieran, sin embargo, seguro que también les ofrecieron, en su día, planes para innovar… de echo, me pregunto, cuántas empresas tienen planes para innovar y no "tienen ISO". Pero claro, esto no tiene porqué estar reñido… se puede innovar en producto o en proceso sin tener un sistema auditado. Otra cosa es que aquí todos nos conocemos, y sabemos cuántos respetamos los límites de velocidad cuando no hay un radar en una recta!

Pero también, aunque el mercado nos vaya imponiendo las diferentes certificaciones, hay que querer sacarla a conciencia, es decir, que no se convierta en un cuadro que adorna nuestras paredes.

            La norma sirve, pero bien implementada. Como casi todo en el mundo empresarial, sin implicación de las personas no es efectiva.

            Sin grandes extensiones y con muchas carencias, hablaría de tres factores de éxito a la hora de empezar a trabajar con un sistema bajo norma ISO 9001/2008:

-          Coste calculado. Ya no es un artículo de lujo para las grandes empresas, y el tener una buena planificación y un buen presupuesto, es una condición para rentabilizar la inversión. Tampoco es barato, puesto que una buena implantación nos podría llevar fácilmente un año de trabajo.

-          Implicación de la Dirección. No es un cuadro para colgar en la pared, es una herramienta que bien implantada nos puede ayudar a crecer. Y esto es algo que tienen que ver los líderes de la empresa, se trata de un valor añadido, y los primeros que tienen que verlo son los directivos.

-          Rodearse de profesionales. Como en casi todo que no atañe a nuestra empresa directamente, necesitamos apoyo de especialistas que nos puedan aportar lo que nosotros desconocemos. Un buen asesor con experiencia en implantación de normas ISO, con conocimientos de metodologías de mejora continua como las cinco eses, o de modelos de gestión avanzada como el EFQM, y si además es ingeniero en organización empresarial, seguro que nos aportará más que uno que tan sólo nos contaría lo que dice la norma. Porque ya lo decían nuestros abuelos: “Zapatero a tus zapatos”.

Seguro que podríamos hablar de más factores, incluso de profundizar en éstos mismos, pero creo que para empezar, es suficiente.

                                                                               Rubén Conde Domarco


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